Vamos a empezar por el principio y vamos a empezar bien. Vamos a poner en escena, por ejemplo, un texto dramático que tenga cierta actualidad. Y si tiene elementos transgresores, mejor. Y si además el autor es premio Nobel, mejor que mejor. Un texto de la Jelinek, por ejemplo.
Necesitamos grandes actores y actrices. Nombres. Caras conocidas. Mediáticas. Cada producción, un invitado especial.
Hay que añadir elementos musicales que tengan cierta originalidad y que sea sorpresivo mezclar con el texto de una premio Nobel como Jelinek. Por ejemplo: elementos de música latina. Música caliente para Jelinek. Música electrónica para jelinek. Madres, tetas y nanas para Jelinek.
Y un cuerpo de baile. Siempre hace falta un cuerpo de baile.
Y extras. Llenar el escenario de muchas personas haciendo lo mismo. Todos a la vez. Bailando o cantando o cualquier cosa que no sea demasiado difícil hacer a la vez. Moverse de derecha a izquierda del escenario. Caminar hacia atrás, etc… y que sean vistosos.
Y vamos a conseguir una escenografía imponente y la mar de bonita y la vamos a meter en el escenario.
Y vamos a buscar un vestuario excesivo, que sea preciosista y de época. De cualquier otra época que no sea la época en la que está ambientado el texto de la Jelinek. Que haya muchos cambios de vestuario. Que haya variedad. Que faci goig.
Y vamos a contratar a un buen técnico en efectos especiales que aderece el resultado con truenos y relámpagos. Y efectos sonoros que generen un cierto suspense. Hace falta siempre insistir en el suspense.
Y vamos a exigirnos una práctica responsable y una buena relación con la “comunidad”.
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